Psicoterapia y relaciones humanas

Seguro que si tienes familia te has preguntado en multitud de ocasiones cómo, de qué manera y cuando se forma la personalidad de tus hijos. Las relaciones humanas juegan un papel muy importante y cada gesto, cada abrazo, los juegos… formarán su forma de ser.

El papel de la madre es fundamental aún antes de dar a luz a su hijo.

S.Mitchell “la matriz relacional (1993). Después de su salida de la matriz biológica la vida del bebé transcurre en otra matriz, la matriz relacional y socio/cultural constituida por la madre en primer lugar, el padre, los hermanos y, posteriormente, un pequeño grupo de otros familiares y cuidadores. Unos y otros pertenecen al mismo grupo cultural y comparten la misma lengua y las mismas costumbres y hábitos, todo lo cual comporta unas maneras similares de tratar a los bebés, las cuales influirán profundamente en la personalidad y curso de la vida del recién nacido. La mente se desarrolla a partir de la matriz relacional y la psicopatología es un producto de alteraciones en las relaciones interpersonales.
Esta matriz moldea la mente y el cerebro del niño de manera tan profunda que podemos decir que, a través de ella, se construyen los fundamentos más primitivos y más difícilmente modificables de la personalidad. La personalidad y el Self se construyen a través de la interacción interpersonal del sujeto, desde el momento de su nacimiento. El ser humano nace completamente indefenso y necesitado de alguien que satisfaga por entero todas sus necesidades. Es importante para la saludable evolución mental del niño la existencia de un ambiente relacional que favorezca un sentimiento de apego seguro en el niño, la libre expresión de este sin temor al rechazo y el diálogo entre los padres y el niño, en el curso del cual los primeros muestren su reconocimiento de los estados mentales del hijo.
A la luz de los nuevos avances y descubrimientos en diferentes campos del saber, como la epigenética, la neurobiología, la antropología, la lingüística, la física cuántica, las ciencias de la complejidad, la investigación sobre el desarrollo humano, etc., no se puede seguir sosteniendo un Psicoanálisis fundamentado en las fantasías inconscientes producto del endogenismo pulsional, sin considerar el papel que el contexto de las relaciones humanas desempeña en la estructuración íntima de la pulsión.
Veamos, por tanto, algunas de las investigaciones que nos muestran la importancia del contexto relacional para el adecuado desarrollo y evolución del bebe, el niño y el adulto.

 

ESTUDIOS SOBRE LA EPIGENÉTICA

Martínez Ibáñez J.J. “El enigma de la angustia” (2017). Los genetistas están de acuerdo en que no existe un determinismo genético estricto, sino que, en todo caso, los estímulos del medio exterior guían de diversas maneras la expresión potencial de los genes, nos hablan de la construcción del cerebro como resultado de la interacción entre los genes y los estímulos que inciden en él (Damasio, A; Kandel, E; Schore, A. etc) y de que las estimulaciones que provienen del medio ambiente, y que proceden predominantemente de los padres durante los dos primeros años de vida, son las encargadas de poner en marcha las conexiones y las redes neuronales.
Las interacciones con el medio ambiente, pero también los estímulos internos, producen la formación de redes neuronales, de manera que podemos decir que la información que llega al cerebro, tanto interna como externa, se encuentra representada en el cerebro mediante configuraciones complejas de neuronas interconectadas (Pally, R.,2003). Las señales ambientales derivadas del entorno activan los interruptores de las membranas de las células, que a su vez envían señales secundarias al núcleo de la célula. Dentro del núcleo, estas señales seleccionan distintos planos de construcción genética y controlan la fabricación de proteínas específicas.
Somos organismos con capacidad de aprendizaje, que podemos incorporar las experiencias reales vividas en nuestros genomas y pasárselas a nuestros descendientes, quienes a su vez incorporan sus experiencias reales vitales a su genoma para continuar la evolución humana. Así pues en vez de vernos como víctimas indefensas de nuestros genes, debemos aceptar que nuestras percepciones y reacciones ante la vida cambian de manera dinámica nuestra biología y nuestro comportamiento.
Los intercambios emocionales excitantes entre el bebé y la madre (el bebé juega con la madre o es tomado en brazos y acariciado por ella) liberan endorfinas y dopamina, neurotransmisores de efectos placenteros, que se liberan en el tronco cerebral y la región orbitofrontal del cerebro y contribuyen a su crecimiento, ya que favorece la captación de glucosa en esta zona. Cuando los progenitores están embelesados con el niño ello da lugar a la liberación de substancias bioquímicas que proporcionan placer y ayudan a crecer al cerebro social. Son los estímulos que podemos llamar positivos, los abrazos y sonrisas, las caricias, los juegos y las manifestaciones de amor quienes al incrementar la liberación de endorfinas y dopamina, dan lugar a una mayor densidad de neuronas y sinapsis en la corteza prefrontal. Esto no solo se produce en las relaciones entre la madre y el bebé, sino también en las relaciones entre los adultos, como entre paciente y analista, en las relaciones de pareja y en las relaciones entre personas que se tienen afecto.
También la mirada de la madre a los ojos del bebé en los primeros meses de vida, conlleva la reciprocidad de éste y promueve la maduración de las fibras orbiculares que se dirigen al córtex orbito -frontal derecho (que se adelanta en unos 18 meses al izquierdo en su evolución) promoviendo la maduración de esta región que es, específicamente, el asiento de la regulación afectiva que hasta los tres meses era regulada por las estructuras subcorticales tales como la amígdala y los ganglios basales. De aquí la importancia que las madres sepan que están construyendo el cerebro de su hijo cuando dedican algo de su tiempo a mirarle a los ojos mientras le hablan amorosamente y le acarician.

APORTES DE LA FÍSICA CUÁNTICA
El concepto de una matriz invisible de energía (lo que la física cuántica moderna denomina el “campo” y lo que Einstein definió más tarde como lo único que gobierna la materia) no era accesible a la observación científica en la época de Newton y Descartes. Como consecuencia de ello, los parámetros del método científico limitaron el campo de estudio de la ciencia al mundo físico, material; por lo tanto la energía, la mente y el espíritu quedaron fuera del ámbito de la ciencia analítica. La ciencia convencional adquirió oficialmente el estatus de materialismo científico.
La física cuántica nos dice que nuestras observaciones cambian la realidad. Werner Heisenberg, físico alemán que fue uno de los fundadores de la física cuántica, descubrió que no era posible calcular simultáneamente la posición y la velocidad del electrón de un átomo. Cuanta más precisa era la medida de su posición, más cuestionable se volvía el valor de su velocidad y viceversa. El principio de Heisenberg no sólo es un desafío directo al determinismo, sino que también sugiere que la existencia de la materia en sí misma es una incertidumbre. La mecánica cuántica señala que el Universo material (con todos sus átomos, partículas y materias) está en realidad compuesto (y controlado) por una matriz universal invisible de campos de energía que forman en su conjunto “el campo”.
Un siglo después de que Einstein presentara su ecuación de que la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado, y de establecer que la materia y la energía están íntimamente interrelacionadas y enmarañadas, aún hay mucha gente que se aferra con tenacidad a la ilusión de una realidad tan solo material. La conclusión de la teoría de la relatividad, es que todos estamos relacionados.

NEUROBIOLOGÍA DE LAS RELACIONES HUMANAS

Existen circuitos neurales innatos dispuestos para la socialización por lo que esta se inicia desde el nacimiento. Desde el nacimiento el bebe reconoce la voz de la madre. Los fundamentos filogenéticos de la intersubjetividad los encontramos en el vínculo, como tendencia filogenética a la unión con otra persona A. Ávila y C Rodríguez Sutil. Este vínculo en los primeros 18 meses es pre-verbal y afectivo- emocional en el que no interviene el lenguaje debida a que el hemisferio izquierdo todavía no está desarrollado, sino que es el hemisferio derecho el que se desarrolla en primer lugar y este está relacionado con los aspectos afectivo-emocionales. Son por tanto los aspectos afectivo-emocionales pre-verbales los que conforman un conocimiento prerreflexivo de las maneras de estar con el otro.
Joan Coderch (2014) el descubrimiento de las neuronas en espejo ha proporcionado una formidable e irrebatible consistencia a la idea, sostenida por el psicoanálisis relacional y por la antropología, de que el ser humano es fundamentalmente relacional por su propia constitución biológica. La neuronas en espejo son neuronas premotoras que se activan tanto cuando se observa una acción (aún cuando la observación visual haya sido interrumpida) como cuando se lleva a cabo está. Este sistema no reproduce, únicamente, movimientos, expresiones faciales y lenguaje cuando unos y otros son observados o escuchados, sino que también codifica la intención del acto observado, de manera que la programación neuronal en el cerebro del observador se lleva a cabo hasta la terminación de dicho acto, aún cuando la observación visual haya quedado interrumpida, ya sea en un medio de experimentación ya sea en un medio natural.
Al escuchar a un hablante se activan en el receptor las mismas células que intervienen en la fonación del emisor, pero también se activan los mismos circuitos neurales de las zonas emocionales del cerebro correspondientes a las emociones que transmiten el contenido semántico de las palabras por una lado y por otro el ritmo, el tono, la prosodia, el grado de excitación, es decir, el matiz emocional de las palabras escuchadas El s.n.e. y el conjunto de la neurobiología de la intersubjetividad nos vinculan con los otros en un nivel pre-reflexivo y establecen el espacio yo-nosotros desde el momento del nacimiento. El Yo individual es una entelequia, no existe el yo sin un nosotros.
La neurobiología admite que la empatía está en la base de la comunicación humana, pero esta no es únicamente comprender cognitivamente al otro, sino participar de sus sentimientos, sufrir con él o ella. La pura comprensión intelectual (sentido del psicoanálisis clásico) no corresponde a la verdadera denotación del término. En el psicoanálisis relacional es un sentir y participar en los sentimientos del otro con quien estamos dialogando, de hallarnos profundamente implicados con el analizado. Esto descansa principalmente en el s.n.e. La empatía no podría darse sin la experiencia del propio cuerpo, de las emociones sentidas sensorialmente que nos lleva a reconocer en los otros un cuerpo dotado de las mismas sensaciones. Fenómeno de la simulación corporeizada.
El psicoanálisis se ha ido integrando con el desarrollo actual de las neurociencias, en lo que se ha venido a denominar neuropsicoanálisis.
Científicos como Eric Kandel, Premio Nobel de Medicina y Fisiología (2000), o Antonio Damasio, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2005), reclaman un diálogo entre las neurociencias y el psicoanálisis. Damasio cita: “Creo que podemos decir que los discernimientos de Freud sobre la naturaleza de la conciencia concuerdan con los puntos de vista más avanzados de la neurociencia contemporánea”. A su vez, Kandel: “Acerca de la mente, no hay todavía concepción más coherente e intelectualmente satisfactoria que el psicoanálisis”. Aunque también Kandel afirma que las bases del “inconsciente neuronal” no tienen similitud con el “inconsciente freudiano” y no está relacionado a fuerzas instintivas o conflictos sexuales ya que la información nunca entra en la “conciencia”.
El neurólogo y neurocientífico argentino Facundo Manes, incluye a Freud en su historia de las neurociencias. Manes sostiene, en su libro “Usar el cerebro“, que “durante las décadas de 1880 y 1890 el trabajo de Freud evolucionó del método anátomo-clínico (después de los estudios histológicos experimentales) a la neurología teórica (histeria y modelos de afasia) y a la psicología, proceso que dio origen al nacimiento del psicoanálisis”

LO QUE NOS DICE LA ANTROPOLOGÍA

Las relaciones culturales no son solo una consecuencia del mayor tamaño del cerebro, si no un factor importante para elegir el aumento del tamaño del cerebro.
Clifford Geertz: En cierto sentido el cerebro fue elegido por la cultura. No es que primero existiera el cerebro humano y de él emanara la cultura, o más bien la capacidad del hombre para la cultura; y de aquí se desprende una consecuencia más: que probablemente el cerebro humano no podría funcionar adecuadamente fuera de la cultura. Los humanos no evolucionaron primero para luego trabar interacciones sociales; la mente, por su propio origen y por su naturaleza es un producto social.
Dice Joan Coderch (2012), las formas de vida, de adaptación al mundo de la naturaleza, de relación social, etc., se transmiten por la interacción de dos factores: la cultura de la anterior generación y el genoma. Nos dice: sabemos que toda cultura es un sistema vivo, abierto que está en constante interacción con el medio que le rodea, en un intercambio ininterrumpido entre el adentro y el afuera.

LO QUE NOS DICE LA LINGÜÍSTICA

El individuo vive en un mundo de experiencias que después traduce en el lenguaje como medio social y vehículo de interacción. Se cree que la experiencia se estructura mediante el lenguaje y que es de naturaleza inevitable y esencialmente social e interactiva. Lo distintivo de la “revolución lingüística” del siglo XX, desde Sausurre y Wittgenstein hasta la teoría literaria contemporánea, es su reconocimiento de que el significado no es sencillamente algo que se “expresa” o “refleja” en el lenguaje: de hecho, es producido por él.
No es que tengamos significado o experiencias que luego envolvemos en palabras; solo podemos tener significados y experiencias porque tenemos un lenguaje en que darles cabida. Más aún: lo que esto indica es que nuestra experiencia como individuos es social desde sus raíces, pues no puede existir un lenguaje privado, e imaginar un lenguaje es imaginar toda una forma de vida social. (Eagleton, 1983,)
Freud igual que los antropólogos y los lingüistas del siglo XX, suponía que la mente del ser humano poseía un contenido independiente de la experiencia social y anterior a ella. Para los teóricos del modelo de las relaciones, los antropólogos y los lingüistas modernos, la mente del individuo es tanto un producto de la matriz cultural y lingüística dentro de la cual se produce, como un participante interactivo en ella. El significado no se da a priori, se deriva de la matriz relacional.

INVESTIGACIÓN EN LA INFANCIA

El bebe desde que nace está preparado para la relación e intrínsecamente orientado hacia ella (Bowlby, Fairbairn y Sullivan…) Para que el infante sobreviva, es necesaria la proximidad más o menos constante de la madre. La necesidad de la madre es la necesidad más urgente e importante del infante, es la condición para satisfacer todas sus demás necesidades. Así como las criaturas de otras especies en los primeros “periodos críticos” se fundieron para siempre en quien las cuidaba de manera impresionante, automática e irreversible, el infante humano se apega a quien lo cuida y lo hace de manera intensa y automática, conductual y emocionalmente. La madre no tiene que hacer nada en particular. No tiene que ganarse su lugar satisfaciendo las necesidades del infante: lo único que tiene que hacer es estar ahí.
Para Bowlby, dado que el niño cuidado por su madre está menos expuesto a los predadores y a otros factores que amenacen su supervivencia, el apego que el niño siente por su madre representa una “herencia arcaica” codificada genéticamente desde los principios mismos de la especie humana. El apego no se deriva de las necesidades biológicas más fundamentales. El apego en sí es una necesidad biológica fundamental inscrita en la especie humana.
Si durante el embarazo la madre lee repetidamente en voz alta cuentos, párrafos o fragmentos de un mismo autor y uno de ellos lo lee repetidamente, mientras que los otros trozos sólo una vez, cuando el bebé nace presta más atención a la madre cuando esta lee el trozo repetido, el bebe recuerda los estímulos recibidos durante su estancia en el útero materno. Todos los estados anímicos de la madre tienen su correspondiente estado fisiológico respecto a la producción y nivel de hormonas y neurotransmisores, y también sucede que estos estados anímicos y sus cambios repercuten muy directamente en el feto a través del torrente sanguíneo.

 

  • El bebé por tanto vive fisiológicamente los cambios de estado de ánimo, el estrés, la ansiedad, la depresión, la fatiga, como también el gozo, los sentimientos de felicidad y el bienestar de la madre y, así mismo, también sus movimientos y su actividad física.
    Durante el embarazo el cerebro y el cuerpo de la mujer se están preparando para su función maternal, con modificaciones hormonales que se intensificarán en el momento de dar a luz.
  • Aparece la prolactina que da lugar a lo que Winnicott denominó la preocupación maternal, en virtud de la cual la futura madre comienza a prepararse para el cuidado del niño que va a nacer.
  • En la recta final del embarazo el cerebro del feto y el de la madre comienzan a producir la hormona oxitocina, que pasa al torrente sanguíneo. Esta hormona estimula la unión de la madre y el hijo, más adelante en el juego se produce un incremento de los niveles de oxitocina; por lo que se considera a esta hormona la transmisora del afecto y del apego. Esta hormona también está implicada en las relaciones de amistad y afecto entre los adultos y en las relaciones sexuales.
  • La vasopresina, que como la oxitocina influye en la actitud de dedicación y preocupación de la madre con respecto al cuidado y necesidades de su bebé.
    Todos los sistemas perceptivos del bebé funcionan desde que nace. Lo que más interesa al recién nacido desde el primer momento son las personas.
  • La voz humana es el estímulo auditivo que más capta su atención. Los bebes se mueven con ritmos precisos ante los patrones del habla humana.
  • Así mismo el rostro humano es el mayor estímulo visual para el recién nacido.
  • Durante las primeras semanas de su vida, el infante no dirige los ojos al punto que tiene en frente, como uno esperaría si el pecho que mama fuera el objeto que más le interesa, sino que lo enfoca a 23 cms de su cara, a la distancia de la cara de la madre en la postura normal de dar el pecho (Stern 1977)
  • Al final de la primera semana, el rostro de la madre ya es una gestalt perceptual conocida, de manera que lo perturba si aparece cubierto por una máscara o con otra voz.
  • Cuando el bebe tiene cuatro semanas mueve las manos y los pies con dos ritmos distintos: uno para la madre y otro para el padre.
  • Son abrumadoras las pruebas de que el bebé no se vuelve social mediante el aprendizaje o el condicionamiento ni mediante la adaptación a la realidad, sino que está programado para ser social.
    Cuando el infante empieza a formarse una imagen de él mismo, a tener un reflejo de sí mismo, es que lleva tiempo enredado en una madeja viva de interacciones con los demás. Sus necesidades, sus pensamientos, el propio sentimiento de él mismo ha tomado forma en el contexto de las necesidades y los pensamientos de los otros y de la comprensión de sí mismo.

PSICOANALISTAS QUE DAN ORÍGEN AL GIRO RELACIONAL

Freud abandona la teoría de la seducción, la teoría traumática de sus inicios y abraza la teoría de las fantasías inconscientes producto del endogenismo pulsional sin considerar el papel que el medio desempeña en la estructuración íntima de la pulsión, lo que lleva a la escisión existente entre la corriente principal del psicoanálisis y el psicoanálisis relacional.

EL EFECTO TRAUMÁTICO DE LAS FALLAS AMBIENTALES (Ángeles Codosero, 2012)

FERENCZI
Recupera el concepto de trauma como factor etiológico de los trastornos psíquicos. El trauma no consiste solo en acciones y eventos, sino en la desiderativa parental, fundamentalmente en la no investidura: los padres que no desean ni quieren al niño. Este trauma, o frustración, es el generador de las más variadas patologías mentales y puede ser inductor de complicaciones orgánicas, hasta llevar al sujeto, en algunos casos, a la muerte. Esto desplaza la idea del suceso externo hacia la de la cualidad del vínculo interpersonal.
Ferenczi consideraba que los niños podían superar fuertes situaciones, sin amnesia o consecuencias neuróticas, si la madre está disponible con su comprensión y ternura, y con su total sinceridad. Percibió que la interpretación de los contenidos de las fantasías inconscientes del paciente no era suficiente si no iba acompañada de la adecuada experiencia relacional con el terapeuta
FAIRBAIRN
“La libido no busca el placer, sino el objeto”. Establecemos fuertes lazos porque deseamos relacionarnos. Encontró niños que tenían relaciones sumamente penosas con sus padres y, con todo, cuando se les ofrecía la oportunidad de que otras personas se hicieran cargo de ellos, no aceptaban y demostraban gran devoción por sus padres naturales. Si la libido consiste sobre todo en la búsqueda de placer, los objetos libidinales debían ser más sustituibles. Este no es un problema exclusivo de los niños, sino de la psicopatología en general. La compulsión de repetición.
La principal necesidad del niño no es el placer, ni la gratificación, sino establecer una fuerte relación con otra persona. Para Fairbairn el motivo básico de la experiencia humana es la búsqueda y consecución de un fuerte vínculo emocional con otra persona.

WINNICOTT
Según Winnicott al principio de su vida el bebé casi se olvida de la madre como persona: ella “le lleva el mundo al bebé” y es el agente invisible de sus necesidades. La capacidad de tener tanto la experiencia, como la impresión de nuestro propio ser depende de que la madre lo haga primero, reflejando quién es el niño y como es. Su afirmación más característica es la de que, el bebé no existe, siempre que hay un bebé hay un cuidador. La importancia de sus conceptos de la madre suficientemente buena y la mirada valorativa afirmativa.
BION
Que subrayó la importancia de la reverie materna y la función continente, siendo la reverie la capacidad de la madre para devolver al bebe la experiencia insoportable (elementos beta) en forma de pensamientos adecuados para ser contenidos y pensado por él (elementos alfa), Bion se acoge a la teoría traumática para explicar las perturbaciones en el desarrollo del niño y sustituye la relación entre las pulsiones libidinales y el objeto, por la de las necesidades afectivas y la realidad externa, la cual puede ser acogedora o traumatizante.
MAHLER Y LOEWALD
Con su idea de que el yo del infante surge de una fusión psíquica con el otro. Consideran que el niño organiza su experiencia a través de la experiencia de la madre, el niño aprende a conocerse y se encuentra en los ojos y las palabras de la madre
BALINT Y LA FALTA BÁSICA
El origen de la falta básica es el deficitario ajuste entre el niño y las personas que lo rodean. Para Balint, el trauma involucra a las figuras próximas al niño y este medio se incorpora a la estructura misma de su yo. Los objetos traumatógenos son principalmente personas que representan una autoridad y que están al cuidado del niño.
KOHUT
Kohut. Algunos pacientes no sufren por conflictos relacionados con las pulsiones y las defensas, sino por deficiencias en el sentido del Self, que experimentan como algo frágil, carente de cohesión e integridad. El self se desarrolla a partir de ciertas relaciones clave que llama relaciones del Self con el objeto, en las cuales los padres no solo sirven como objetos de las necesidades y los deseos del niño, sino que desempeñan funciones narcisistas de especularización (reconocimiento y validación), así como de idealización y gemelar.
JOHN BOWLBY
La meta del sistema de apego es mantener al cuidador accesible y receptivo, disponible. El objetivo del sistema de apego es sentir seguridad, y que la respuesta del niño a la separación (observable en la situación extraña) viene condicionada por los modelos de estar con otros que ha aprendido en su relación con los cuidadores. Estos modelos de estar con otros o conocimiento relacional implícito da lugar a los diferentes tipos de apego: (vínculo) seguro, inseguro ambivalente, inseguro evitativo y desorganizado/desorientado.
Sroufe (1996) estableció una relación entre apego seguro y autorregulación afectiva; apego inseguro y dificultades de regulación afectiva; y apego desorganizado/desorientado y malos tratos o trauma de los padres.
Allen, J., Fonagy, P., y Bateman, A., (2008) relacionan la capacidad de mentalizar (Mentalizar es la capacidad de pensar y sentir los propios estados mentales y los de los demás) con el apego seguro y la autorregulación afectiva produciéndose interacciones entre ellas. La Mentalización se desarrolla, normalmente, a través de las experiencias que tienen los niños sobre sus estados mentales cuando estos son reconocidos a través de respuestas intencionalmente marcadas y, subsecuentemente, a través de experiencias seguras y de juego en interacción con sus cuidadores.

DEL PSICOANÁLISIS INTERPERSONAL DE H.S.SULLIVAN A LOS INTERPERSONALISTAS-RELACIONALES: S. MITCHELL, J.BENJAMIN Y L.ARON

  1. Sullivan E. Fromm y K Horneydenominados neofreudianos o culturalistas, por haber reformulado los conceptos básicos de Freud en función de las influencias culturales y sociales.
    Para Sullivan la fuente de la psicopatología es claramente social, no piensa que se encuentre en la naturaleza de los impulsos, sino en la respuesta del entorno humano y cree que lo que ocurrió en el pasado tiene su incidencia en el presente.
    Para Erich Fromm La verdadera prioridad motivacional es ingresar a la comunidad humana, establecer fuertes lazos con los demás y conservarlos a toda costa. A lo largo de la vida, la principal pugna dinámica es la que se traba entre la fuerte necesidad de establecer, mantener y proteger vínculos íntimos con otros, y los diferentes esfuerzos por escapar de las penas y los peligros de estos vínculos, el sentimiento de vulnerabilidad, la amenaza de la desilusión, la inmersión, la explotación y la pérdida.
    Para Stephen Mitchell, la matriz socio/cultural en la que nace y vive el sujeto es la clave de su desarrollo mental sano o patológico. Para él, la causa de las perturbaciones psíquicas reside, fundamentalmente en la inadecuada satisfacción de sus necesidades emocionales por parte de esta matriz.
    La teoría intersubjetiva de J. Benjamin se refiere al campo de interacción entre dos subjetividades distintas que han de reconocerse la una a la otra. Considera que el trauma es una falla vinculada con la dependencia, ante un cuidador que no cumple su función de reconocer al sujeto en la relación, con lo cual aparecen la soledad, el vacio y las angustias primitivas. Aparece la negación del sujeto en su realidad interpersonal, o el sometimiento y la falta de espontaneidad y de creatividad.
    Lew Aron con su libro A Meeting Minds (1996) ha significado un hito decisivo en la inflexión del pensamiento psicoanalítico desde la teoría de las pulsiones a la valoración de los afectos y de la interacción paciente-terapeuta.

LOS INTERSUBJETIVISTAS (R. Stolorow; G. Atwood y D. Orange)

Su tesis central es que el trauma en el desarrollo temprano se origina dentro de un contexto formativo intersubjetivo, cuyo aspecto central es una falta de sintonía afectiva, que lleva a la pérdida, por parte del niño, de su capacidad de regulación de los afectos y, como consecuencia, a un estado insoportable, aplastante, desintegrado y desorganizado. Postulan que el afecto doloroso o temible se vuelve traumático, no por la intensidad sino cuando no se da, por parte del entorno, aquella capacidad de respuesta empática que el niño necesita para ser capaz de tolerar, contener, modular y aliviar este impacto. Dolor no equivale a patología si estas situaciones se dan en un medio con capacidad de respuesta.

 

GRUPO DE BOSTON PARA EL ESTUDIO DEL CAMBIO PSÍQUICO (BCPSG)

Los niños incluso antes de los dos meses, muestran expectativas y anticipaciones de cómo se comportarán sus madres. Los niños desarrollan una representación implícita sobre cómo esperan ellos que sea la relación con la madre, y esta representación se almacena en la memoria de procedimiento poniéndose en marcha con la nueva experiencia. Se piensa en la memoria de procedimiento en términos de cómo hacer algo y cómo estar con los otros. Para el BCPSG, la interacción interpersonal está gobernada por este tipo de memoria, memoria de procedimiento desde la más temprana infancia.
El niño coordina sus intenciones con las personas que le cuidan y construye un conocimiento sobre la manera de estar con el otro. Este es el conocimiento relacional implícito, que existe antes de que el niño sea verbal y comprenda reflexivamente los estímulos. Si los microtraumas (los fallos de la madre para promover y mantener la relación, la sintonización afectiva) se repiten con excesiva frecuencia y se rompe el equilibrio entre los encuentros positivos y negativos a favor de estos últimos, se establece una situación gravemente traumática, aunque muchas veces pase desapercibida para el observador externo. Para le Grupo de Boston esta es la causa más frecuente de las perturbaciones en el desarrollo mental y de la patología psíquica.
Todos estos autores de alguna manera construyen el modelo relacional contribuyendo por tanto al giro que se ha producido en el psicoanálisis, desplazando su atención desde las pulsiones a los afectos, desde la mente concebida como identidad individual hacia el campo intersubjetivo, campo constituido por el encuentro de dos subjetividades, con lo cual la personalidad individual del analista ha entrado en el escenario de la relación terapéutica.
Son muchas y variadas las líneas de investigación desde la Antropología a la investigación del desarrollo humano, pasando por la neurociencia que nos hablan del ser humano como un ser social, necesitado de los vínculos que se dan en las relaciones desde los primeros momentos de nuestra existencia hasta el final de nuestros días. No en vano venimos al mundo fruto de estas relaciones. Es en los vínculos y contextos primigenios que ha de darse la disponibilidad y confiabilidad de los cuidadores primarios para que el bebe adquiera su sentido de identidad y agencia y despliegue la mejor versión de sí mismo.
Cuando nuestros cuidadores y contextos no están disponibles, o no son confiables por su negligencia, invalidación, sobreprotección, etc. hay una mayor probabilidad de desarrollar determinadas problemáticas mentales. Y, por tanto, cuando la persona busca ayuda es de vital importancia estar disponible proporcionándola un ambiente confiable, una base segura desde la que puedan tener lugar los procesos relacionales que se dan en la diada terapéutica, necesarios para crear alternativas más saludables a los modos rígidos y estereotipados de afrontar determinadas experiencias. Procesos relacionales que, de alguna manera, cambian a los dos miembros de la diada.
En definitiva somos seres sociales que para nuestro mejor funcionamiento psicológico y salud mental vamos a necesitar de relaciones confiables con nuestro entorno más inmediato, sin olvidar que este entorno es heredero y está interrelacionado con nuestros contextos sociales y culturales de los que va a depender en buena medida.
Heidegger afirmaba que para definir al hombre, es imposible separarlo de su entorno; este determina lo que el hombre es. No se puede entender uno sin el otro.

 

 

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